Cantalamessa on Good Friday: Cross, the Christological foundation of fraternity
In his Good Friday homily, the Preacher of the Papal Household notes that fraternity among Catholics is wounded. Pastors should be among the first to make a serious examination of conscience regarding building fraternity and unity in the Church.
By Robin Gomes [VaticanNews; 02 April, 2021]
“We build fraternity in precisely the same way that we build peace, that is starting close by, with ourselves… For us, that means universal fraternity starts with the Catholic Church,” said the Preacher of the Papal Household, Cardinal Raniero Cantalamessa. He made the point in his homily at the Celebration of the Lord’s Passion on Good Friday evening in St. Peter’s Basilica, which was presided over by Pope Francis. In observance of the Covid-19 health protocols, the liturgy was attended by a limited number of faithful.
Meanings of brother
On the day that Christians commemorate the passion and death of Jesus, the cardinal explored the notion of fraternity and unity from various perspectives, starting with the Pope’s latest encyclical Fratelli tutti.
He said the document is addressed to a very wide audience, inside and outside the Church, indeed practically to the whole of humankind. It indicates some ways to reach real and just human fraternity in the various spheres of life, ranging from the private to the public sector, and from religious circles to social and political spheres.
“The mystery of the cross that we are celebrating,” the Italian cardinal said, “obliges us to focus precisely on this Christological foundation of fraternity which was inaugurated on Calvary.” The term brother, in its most common meaning, is a sibling. A step further, it means the same nation or people. The meaning widens to include every human person, in the sense that brother is translated as neighbour as in the Bible. When Jesus says, “Whatever you did for one of these least brothers of mine, you did for me”, he intends to include every human person in need of help.
Fraternity after Easter
However, the 86-year-old Capuchin cardinal said, with Easter, there is a decisive development in the significance of brother. In the Paschal Mystery, Christ becomes “the firstborn among many brothers” (Rm 8:29). The disciples become brothers and sisters in a new and very profound sense. In fact, Cardinal Cantalamessa pointed out that it is only after the resurrection that Jesus calls his disciples brothers for the first time. “Go to my brothers and say to them, ‘I am ascending to my Father and your Father, to my God and your God’,” He tells Mary Magdalen.
After Easter, the term brother indicates a brother in the faith, a member of the Christian community - blood brothers in the blood of Christ. Rather than replacing the fraternity of family, nation, or race, this fraternity of Christ crowns them all. The Christian faith adds a second and decisive dimension, that we are brothers not only because we all have the same Father in virtue of creation, but we also have the same brother, Christ, “the firstborn among many brothers” in virtue of redemption.
The Preacher of the Papal Household noted that fraternity among Catholics is wounded and divisions between Churches have come about not because of dogmas, the sacraments and ministries. “The divisions that polarize Catholics,” he said, “stem from political opinions that grow into ideologies after being given priority over religious and ecclesial considerations”, issues that are “not openly talked about or are disdainfully denied”.
For Catholics, the Italian cardinal pointed out, fraternity is built the same way that we build peace, that is by starting with ourselves, within the Church. What is needed is a serious examination of conscience and be converted. Fomenting division, he said, is the work par excellence of the devil, “the enemy who sows weeds”.
In this regard, Jesus is an example to be followed. He vehemently refused to be drawn into any of the four parties of his time - the Pharisees, the Sadducees, the Herodians, and the Zealots. The early Christians also followed the same path.
Cardinal Cantalamessa said, “Pastors need to be the first to make a serious examination of conscience.” They need to ask themselves whether they are leading their flocks to themselves or to Jesus.
Cantalamessa: “¡La fraternidad católica está herida!”. Cultivar la unidad
El Papa Francisco presidió la celebración de la Pasión del Señor este Viernes Santo. El cardenal Raniero Cantalamessa ofmcap, predicador de la Casa Pontificia, tuvo a cargo la homilía: “Para nosotros, ese manantial de dignidad humana y de fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo”.
Ciudad del Vaticano [Vatican News; 02 abril, 2021]
El cardenal Cantalamessa comenzó su alocución evidenciando la aspiración del Papa Francisco por la fraternidad humana universal, expresada en la encíclica Fratelli tutti. Indica que este documento “ha despertado en muchos corazones la aspiración hacia ese valor universal, ha puesto de relieve las muchas heridas contra ella en el mundo de hoy, ha indicado caminos para llegar a una fraternidad humana verdadera y justa y ha exhortado a todos —personas e instituciones— a trabajar por ella”.
El fundamento evangélico de la fraternidad
Cantalamessa evidencia que, hacia el final de la encíclica, hay un párrafo donde se expresa el fundamento evangélico de la fraternidad:
Otros beben de otras fuentes. Para nosotros, ese manantial de dignidad humana y de fraternidad está en el Evangelio de Jesucristo. De él surge «para el pensamiento cristiano y para la acción de la Iglesia el primado que se da a la relación, al encuentro con el misterio sagrado del otro, a la comunión universal con la humanidad entera como vocación de todos» (Ft 277).
El purpurado, refiriéndose a la fraternidad en el Nuevo Testamento afirma: «hermano» (adelphos) significa, en el sentido primordial, la persona nacida del mismo padre y de la madre. Se denomina «hermanos», en segundo lugar, a los miembros del mismo pueblo y nación, pero no se agota allí, se llega a llamar hermano a toda persona humana, por el hecho de ser tal. Hermano es lo que la Biblia llama el «prójimo». «Quien no ama a su hermano...» (1 Jn 2,9) significa: quien no ama a su prójimo. Cuando Jesús dice, «Todo lo que habéis hecho a uno solo de estos hermanos menores míos, me lo habéis hecho a mí» (Mt 25,40), significa toda persona humana necesitada de ayuda.
El predicador de la Casa Pontificia extiende el horizonte e insiste: “la palabra «hermano» indica cada vez más claramente una categoría particular de personas. Hermanos entre sí son los discípulos de Jesús, aquellos que acogen sus enseñanzas”. Por eso recuerda el texto de Mateo 12,48-50: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? [...] Quien hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, es para mí hermano, hermana y madre».
Hermanos de sangre, hermanos de comunidad, hermanos en Cristo
El cardenal subraya que la Pascua marca una nueva etapa: “Gracias a ella, Cristo se convierte en «el primogénito entre muchos hermanos» (Rom 8,29). Los discípulos se vuelven hermanos en un sentido nuevo y muy profundo: comparten no sólo la enseñanza de Jesús, sino también su Espíritu, su vida nueva como resucitado”.
Después de la Pascua, este es el uso más común del término hermano; indica al hermano de la fe, miembro de la comunidad cristiana. Hermanos «de sangre» también en este caso, ¡pero de la sangre de Cristo! Esto hace que la fraternidad de Cristo sea algo único y trascendente, en comparación con cualquier otro tipo de fraternidad, y se debe al hecho de que Cristo también es Dios.
El purpurado subraya que todos los humanos son hermanos en cuanto criaturas del mismo Dios y Padre. “A esto la fe cristiana añade una segunda razón decisiva. Somos hermanos no sólo a título de creación, sino también de redención; no sólo porque todos tenemos el mismo Padre, sino porque todos tenemos al mismo hermano, Cristo, ‘primogénito entre muchos hermanos’”.
La fraternidad se edifica como se construye la paz
“La fraternidad se construye exactamente como se construye la paz, es decir empezando de cerca, por nosotros, no con grandes esquemas, con metas ambiciosas y abstractas. Esto significa que la fraternidad universal comienza para nosotros con la fraternidad en la Iglesia católica” indica Cantalamessa, y añade, el segundo círculo es el ecumenismo.
La división desgarra la fraternidad
El Cardenal pone en evidencia la realidad de la fraternidad en la Iglesia Católica: “¡La fraternidad católica está herida! La túnica de Cristo ha sido desgarrada por las divisiones entre las Iglesias; pero —lo que es peor— cada trozo de la túnica está dividido a menudo, a su vez, en otros trozos”.
A los ojos de Dios, dice Cantalamessa, la Iglesia es «una, santa, católica y apostólica», y permanecerá como tal hasta el fin del mundo. Esto, sin embargo, no excusa nuestras divisiones, sino que las hace más culpables y debe impulsarnos con más fuerza para que las sanemos.
El predicador se cuestiona sobre la causa más común de las divisiones entre los católicos y afirma que no es el dogma, ni los sacramentos ni los ministerios. “Es la opción política, cuando toma ventaja sobre la religiosa y eclesial y defiende una ideología, olvidando del todo el sentido y el deber de la obediencia en la Iglesia (…) Significa que «el reino de este mundo» se ha vuelto más importante, en el propio corazón, que el Reino de Dios”.
Llamados a hacer un serio examen de nuestras conciencias
El Cardenal invita a seguir el ejemplo de Jesús. Él no se alineó con ninguno de los partidos que existían en su tiempo. “La primitiva comunidad cristiana lo siguió fielmente en esta elección. Este es un ejemplo especialmente para los pastores que deben ser pastores de todo el rebaño, no de una sola parte de él. Por eso, son los primeros en tener que hacer un examen serio de conciencia y preguntarse a dónde están llevando a su rebaño: si a su lado, o al lado de Jesús”.
Cultivar la unidad
“Si hay un carisma especial o un don que la Iglesia Católica está llamada a cultivar para todas las Iglesias cristianas, es precisamente la unidad”, insistió el predicador pontificio, quien recordó el reciente viaje del Papa a Iraq: “el viaje del Santo Padre a Irak nos ha hecho sentir de primera mano lo que significa para quienes están oprimidos o han sobrevivido a guerras y persecuciones sentirse parte de un cuerpo universal, con alguien que pueda hacer que el resto del mundo escuche su grito y reviva la esperanza. Una vez más se ha cumplido el mandato de Cristo a Pedro: "Confirma a tus hermanos" (Lc 22, 32).
Cantalamessa finaliza la homilía recitando un fragmento de la oración antes de la Comunión:
Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: «La paz os dejo, mi paz os doy». No mires nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia, y conforme a tu palabra concédele la paz y la unidad, tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.