Father David’s First Communion group photo when he was five years old in 1966. The pastor Father Louis (his Sunday homilies were one hour long!) and his First Grade Teacher, Sister Cecilia are in the photo. Father David is third on the third row.
Queridos Feligreses,
Hemos entrado a la temporada de la Primera Sagrada Comunión para nuestros niños que van a celebrar este momento especial de gracia con sus familias. Como una familia parroquial, les pido que todos hagamos oración por nuestros jóvenes parroquianos, para que se sientan apoyados ahora y en el futuro próximo.
Escribí una carta a todos nuestros candidatos a la Primera Comunión y sus familias, para ayudarlos en su preparación para este día especial. Les comparto una parte de esta carta. La siguiente reflexión de un manual de oraciones e instrucciones: “Hijo de María”, escrito por las Hermanas de Notre Dame en 1885, les ayudará en su preparación.
Reflexiones sobre el Día de la Primera Sagrada Comunión:
Jesús vive en mí. Jesús actúa en mí. Debo vivir como Jesús vivió y actuar como él lo hizo. No debo ni un momento perder de vista la presencia de Jesús.
Jesús es mi ayuda, mi modelo, mi fortaleza, mi recompensa y mi protector. Él estará conmigo todo el día:
En mis juegos: Voy a pensar en su dulzura y su ternura. Él fue amable con todos, nunca grosero, y muy feliz cuando servía a los demás.
En mis conversaciones: A veces voy a hablar de él, al menos voy a recordar su presencia para que ninguna palabra que le cause disgusto salga de mi boca. Y ¡qué feliz estaré si puedo guiar a alguien a amarlo!
En mis estudios: Voy a pensar en Jesús cuando enseñaba a sus discípulos y les explicaba cosas gentilmente, y ya sea que yo tenga éxito o no, le daré gracias y lo bendeciré.
En mis alimentos: Voy a pensar en el ayuno de Jesús y si me es posible, guardaré algo para los pobres, o si no, les daré algo de mi dinero, invitándolos a amar a Jesús.
En todas mis obras: Voy a pensar en lo bien y con cuánta alegría Jesús hacía todas las tareas que se le daban. Nunca se quejaba de la duración de esa tarea, ni de su monotonía, o su dificultad. Tampoco dudaba, él que sabía todo, en pedir a San José o la Santísima Virgen que le dirigieran, llevando a cabo sus órdenes perfectamente.
Oración: “¡Oh amado Jesús, cuando reciba la Sagrada Comunión, cuánta fortaleza voy a sentir en mi alma, y qué necesaria es esa fortaleza para mí! El camino frente a mí parece tan difícil, pero cuando tú estés conmigo, seré fuerte y caminaré por ahí. Cuando te deje, seguiré con mis deberes normales. Voy a retomar mi vida de ayer con las mismas tentaciones, las mismas ocasiones y sobre todo, el mismo carácter imperfecto con impresiones cambiantes, propósitos rotos, y la inclinación a crecer con descuido, cansado, e inquieto.
Pero Tú has venido a ayudarme a vencer, Oh Jesús, fuerza de los santos; quédate conmigo, quédate conmigo y deja que tu presencia demuestre su influencia en mi conducta. Ayúdame a ser dulce, humilde, y modesto(a), y a controlar mi temperamento en mis palabras y acciones, a ser simple y rápido(a) en obedecer, y verme tranquilo(a) y respetuoso(a) bajo la corrección o la contradicción.
Y entonces mis acompañantes al verme tan feliz y bueno(a) el día de hoy, sabrán que es porque he venido a la Sagrada Comunión y ellos también van a querer venir a ti, y ser tan felices como yo lo soy en este día. Amén.”
Estas reflexiones y oración pueden ayudarnos a todos, a cualquier edad, a despertar de nuevo el espíritu de nuestra Primera Sagrada Comunión y vivir su gracia con mayor devoción y amor.
Su Párroco,
Padre David