On this second Sunday of Easter, we celebrate Divine Mercy Sunday. We
celebrate this feast today since God’s mercy was shared with us through the
resurrection of Jesus. To put it simply, today, we are celebrating Jesus’ merciful
love for us and how we can partake in it.
No matter where we are on our journey as a disciple of Christ, we are all in need of
God’s merciful love. There are countless times throughout our day when we miss
the mark. For instance, we might fail to respond in kind to our spouse or kids, fall
into gossip in our workday, or even forget to think positively of others. These shortcomings call us to humble ourselves and receive the unwavering mercy of God.
Jesus is Mercy itself. He was born into time to save us from sin. And to ensure His Mercy was always available to us, He gave us the Sacrament of Reconciliation. In our Gospel, Jesus encounters the apostles after the resurrection and says, “Receive the Holy Spirit. Whose sins you forgive are forgiven them, and whose sins you retain are retained.” Jesus gave us the gift of this sacrament because He wants to help us reach eternal life. He knows we cannot do it without His merciful love, and a resolve to do better and to follow Him more faithfully.
Today, may we recall the precious gift God has given to us through His Son — Mercy itself. May we never forget that, with a contrite heart and a resolution to do better, God is always willing to forgive.
En este segundo Domingo de Pascua, celebramos el Domingo de La Divina Misericordia. Celebramos esta fiesta hoy, desde que la Misericordia De Dios fue compartida con nosotros a través de la Resurrección de Jesús. Para ponerlo simple, hoy, estamos celebrando la Misericordia de Amor de Jesús por nosotros y como podemos participar. No importa donde estemos en nuestra jornada como discípulos de Cristo, todos necesitamos el Amor de la Misericordia De Dios. Hay incontables veces en nuestra día en que la extrañamos. Por ejemplo, quizás faltamos al no ser amables con nuestros hijos y esposo, o caemos en la crítica en nuestro día de trabajo, hasta se nos olvida pensar positivamente de otros. Estás son unas de las pocas cosas en las que caemos y recibimos continuamente la Misericordia De Dios. Jesús es Misericordioso El mismo. El
nació en el tiempo para salvarnos del pecado. Y asegurarse que su Misericordia estuviera disponible para nosotros, nos dio el Sacramento de la reconciliación. En nuestro Evangelio de hoy, Jesús enfrenta a los discípulos después de su Resurrección y les dice “Reciban el Espíritu Santo, aquellos peca que Uds. perdonen serán perdonados, y los que no perdonen, no serán perdonados.” Jesús nos dio el regalo de este sacramento porque El quiere que alcancemos la vida eterna. El no lo puede hacer sin su Misericordia de amor, y a decidirnos hacer mejor y seguirlo con más fe. Hoy, recordamos el precioso regalo que Dios nos ha dado a través de la Misericordia de su Hijo mismo. Nunca olvidemos esto, con un contracto de corazón y una resolución de ser mejor, Dios siempre esta dispuesto a perdonar. Copyright © 2024 Catholic Stewardship Consultants, All rights reserved.