As I announced at masses this past weekend, I asked the bishop to move my retirement date back to the beginning of July. As you know several months ago he asked me to stay on an extra six months and I agreed to do that. I had misgivings at the time, but felt that I should see the parish through this time of pandemic to the extent that I can. However, my misgivings about staying were well founded. One of the advantages of priestly formation is that we learn how to discern what the Spirit is telling us. Usually we spend most of our effort in that regard helping our parishioners to discern; however, there are times in which it is necessary to take a closer look at ourselves and what God might be telling us. As the weeks passed, after agreeing to stay longer, it seemed that the Spirit was getting louder and louder with this message, “You are done there!  Get out of the way of the next pastor who needs to be there! And open yourself to what is in store for you in a new phase in your life!” 

In the past, when I have come to times of transition and change, I have found that if I resist things just get harder but when I listen and open myself to that transition and change, things move on to more than I could have imagined. As I have mentioned before, Emmaus was not my first choice after completing my time as founding pastor at St. John Vianney in Round Rock.  However, I trusted Bishop Aymond who told me he really believed that I was the one who needed to come here and the result has been 13½ rewarding years here with you. Those are years for which I am very grateful.

I will be moving on July 6 to the priest retirement center in Georgetown. The accommodations there are very nice. I will have a new two bedroom duplex that I will need to make my own.  On that day your new pastor, Fr. David Leibham, will arrive. He is currently the pastor at Santa Cruz in Buda. I know you will all welcome him as you did me so many years ago.

Como les anuncié en las misas del fin de semana pasado, he pedido al Obispo que cambie mi fecha de jubilación al inicio del mes de julio. Como ustedes saben, hace varios meses me pidió que me quedara por otros seis meses, a lo cual accedí. En esos momentos tuve algunas dudas, pero sentí que debía encargarme de la parroquia durante la pandemia hasta donde me fuera posible. Sin embargo, mis dudas sobre quedarme tenían un fundamento. Una de las ventajas de la formación sacerdotal es que aprendemos a discernir lo que nos dice el Espíritu. Normalmente la mayor parte de nuestros esfuerzos en este sentido, es ayudando a nuestros feligreses a discernir, pero hay momentos en los que es necesario mirarnos de cerca a nosotros mismos y ver lo que Dios nos está tratando de decir. Al pasar las semanas después de que acepté quedarme por más tiempo, parecía que el Espíritu hablaba con más y más fuerza con este mensaje: “¡Tu tiempo aquí ya se acabó! Deja libre el camino para el párroco que necesita estar aquí, y abre tu corazón a lo que está reservado para la nueva etapa de tu vida.” En el pasado cuando he llegado a los momentos de transición y cambio, he notado que si me resisto a las cosas, solo se hacen más difíciles, pero si escucho y abro mi mente a esta transición, las cosas se mueven de manera más grande que lo que había imaginado. Como mencioné anteriormente, Emmaus no era mi primera opción después de haber cumplido mi etapa como párroco fundador de St. John Vianney en Round Rock, pero fue el Obispo Aymond quien me dijo que él realmente creía que yo necesitaba venir aquí. Y como resultado, han sido 13 años y medio de recompensas con ustedes, por los que estoy muy agradecido.  

Me voy a mudar el lunes 6 de julio al centro de retiro de sacerdotes en Georgetown. Las instalaciones son muy agradables. Voy a vivir en un nuevo duplex de dos recámaras, que voy a adaptar para hacerlo mi hogar. El mismo día, estará con ustedes el nuevo párroco, Padre David Leibham, quien es actualmente el párroco de Santa Cruz, en Buda.