I am down to my last week as pastor of Emmaus.  It is, of course, a bittersweet time. I look forward to what lies ahead for me as I explore the possibilities of retirement. I do know that that will be curtailed for a while because of the pandemic. With that, rather than lament, I have decided to be open to experiencing coming months as something of a retreat mode. I will take this time as an opportunity to read, reflect, pray, exercise compulsively as I always do and to engage in whatever other opportunities present themselves. Because of the increase in Covid 19 cases, I am going to refrain, in large measure, for a time, from making myself available to help out in other parishes. I look forward to doing that when it is safe to do so.  Also, as I move on, I am leaving a place in which I have lived longer than anyplace except my hometown which I left at 21. These past 13½ years have been among the richest years of my life. I thank you for that and if I have had some success here it is because I was blessed to be among you as we worked together in the building up of this parish.

I met with Fr. David Leibham, your new pastor, last Monday. I spent much of the day with him. I gave him a tour of Emmaus and Queen of Angels. He had not been here before and he was quite amazed. I took him to lunch at Café Blue. He really liked that! And we talked a lot. At the end of the visit I felt very good about his coming here as your new pastor.

That said, I told him what we all know about the effect of Covid 19. That is that the parish he is taking over on Monday is, in many ways, not the parish that we have known. This has always been a very busy parish. Our buildings have always been full of ministry meetings, religious education for all ages, programs and retreats and so much more. These past four months have been a time of relative quiet. As you move forward with Fr. David, I have asked the pastoral and finance councils and the staff to help him to come to know what our parish has been and to help him when it can begin to fully reopen. I ask that of all of you as well. He will have a very difficult task ahead of him; however, I did tell him that, here at Emmaus, there are so many good people with wonderful skills and expertise with whom he can work to make good things happen just as you have done with me over the years.  He was very pleased and excited to hear that.

This weekend is my last weekend with you. I counted up the weeks that I have been here and realized that I have spent 703 weeks with you here at Emmaus. I am grateful for every one of them. Some were more challenging than others, but it was all to a good end. I will preside at the 5:00 PM vigil on Saturday and at the 8:30 AM and 10:30 AM masses on Sunday. Please forgive me if I just say mass and preach the gospel. While it is my last weekend, our celebrating the mass together is the most important thing. I have already been through several weeks of good-byes. I thank all of you who came to the birthday/retirement gathering on June 18. I thank, as well, all of you who let me know that you did not feel safe in coming. I totally support your staying away from crowded gatherings. Thank you to so many for the many gifts of cash, checks, gift cards and wine. I must say that I am grateful to be pastor of a parish in which so many know good cabernets and pinot noirs! I did not tell Fr. David about that. I will let you surprise him with your excellent taste and refined palates. And thank you, as well, to all who contributed to the chalice that was presented to me at the June 18th gathering. I have been using it at all masses since and I will treasure it as I use it in masses to come.

As I leave Emmaus, please know that this parish will always be in my prayers.  I know that God will continue to bless this parish as He has in the past because you are such good and faithful servants.

By the way, I did an exit interview reflecting on my years of priesthood and my time at Emmaus. You will soon be able to stream it from a link on our website.

He llegado a mi última semana como párroco de Emmaus, y por supuesto que es un tiempo agridulce.   Quiero comenzar esta nueva etapa para ver lo que me trae el futuro explorando las posibilidades de mi jubilación. No sé que va a ocurrir por un tiempo debido a las circunstancias de la pandemia. Y por esto, en lugar de lamentarme, he decidido abrirme a vivir los meses venideros como una especie de retiro. Voy a aprovechar este tiempo como una oportunidad para leer, meditar, orar, hacer ejercicio compulsivamente como siempre, e involucrarme en cualquier otra oportunidad que se presente. Por el aumento de casos de COVID-19, por un tiempo voy a abstenerme de la manera más extensa posible de ayudar en otras parroquias. Pero realmente es mi deseo ayudar una vez que exista menos riesgo y sea seguro. También, al seguir en mi camino, estoy dejando un lugar en el que he vivido más tiempo que en cualquier otro, con excepción de mi ciudad natal donde viví hasta a los 21 años de edad.   Estos pasados 13 años y medio han sido de los más enriquecedores en mi vida. Y les doy las gracias a ustedes por esto. Y si tuve algún éxito aquí fue por la bendición de estar entre ustedes al trabajar juntos construyendo esta parroquia.

Me reuní el lunes pasado con el Padre David Leibham, su nuevo párroco. Pasé gran parte del día con él. Le di un paseo por Emmaus y por la capilla Queen of Angels. Él nunca había estado ahí antes y estaba muy impresionado. Lo invité a comer al Café Blue y le gustó mucho. Y hablamos por largo tiempo. Al final de su visita me sentí muy bien de la llegada del Padre David a Emmaus como su nuevo párroco.

Para concluir le dije lo que todos ya sabemos sobre los efectos del COVID-19. Esto significa que la parroquia que él va a administrar desde el lunes próximo no es la misma parroquia tal como la conocemos, en diversas formas. Emmaus ha sido siempre una parroquia muy ocupada, nuestras instalaciones siempre han estado llenas de reuniones de ministerios, clases de educación religiosa para todas las edades, programas, retiros y mucho más.  Estos últimos cuatro meses han sido relativamente tranquilos. Ahora que ustedes recibirán a Padre David le he pedido a los miembros de los Consejos Pastoral y Financiero, así como al personal de oficina que le ayuden a llegar a conocer la parroquia como ha sido siempre y ayudarle también cuando se pueda reabrir por completo. Les pido también este favor a todos ustedes, ya que ésta ser una tarea muy difícil para él. Sin embargo, le dije que aquí en Emmaus hay tanta gente buena con extraordinarias habilidades y con experiencia, con quienes podrá trabajar  para hacer que sucedan cosas buenas, tal como lo han hecho ya conmigo en todos estos años. Escuchar todo esto le dio mucho gusto y emoción al Padre David.

Este fin de semana es el último que estaré con ustedes. He contado las semanas que he estado aquí y han sido un total de 703 semanas con ustedes en Emmaus. Estoy muy agradecido por todas y cada una de ellas. Algunas fueron más desafiantes que otras pero al final todo ha sido bueno.  

Voy a celebrar las misas de las 5:00 p.m. de vigilia del sábado, así como las de 8:30 y 10:30 a.m del domingo. Les pido perdón si solamente celebro la misa y mi homilía. Al mismo tiempo que es mi último fin de semana aquí, nuestra celebración de la misa junto con ustedes es lo más importante. Ya he pasado varias semanas de despedida, y les agradezco a todos los que pudieron venir a la reunión el 18 de junio por mi cumpleaños y jubilación. También les agradezco a todos ustedes quienes me informaron que no se sentían cómodos o seguros de asistir a esta reunión. Yo apoyo totalmente que se mantengan seguros y alejados de las multitudes.  

Gracias por los múltiples regalos desde tarjetas de dinero, cheques, felicitaciones, hasta botellas de vino. Debo decir que estoy muy agradecido de ser párroco en una parroquia con tantos buenos vinos cabernets y pinot noirs! (Eso no se lo dije al  Padre David.) Los dejo a ustedes darle la sorpresa con el excelente gusto  y paladar que tienen. Y gracias también a todos ustedes que contribuyeron para mi regalo del cáliz que me dieron en la reunión del día 18 de junio. Lo he estado usando en todas las misas desde entonces, y lo voy a atesorar al seguir usándolo en las misas que voy a dar próximamente.

Al irme de Emmaus, por favor sepan que esta parroquia siempre va a estar en mis oraciones. Yo sé que Dios va a seguirlos bendiciendo como lo ha hecho en el pasado porque ustedes son muy buenos y fieles servidores.

Por cierto, hice una entrevista de despedida, reflexionando sobre mis años de sacerdote y mi tiempo en Emmaus. Podrán ver el video que encontrarán en una liga de nuestro sitio web de la parroquia este fin de semana.