¡Agradecemos a Dios siempre por todos ustedes!
Siempre me ha gustado escribir y leer cartas. Durante años, este fue el principal medio de comunicación entre mi abuela y yo. Lo que aprecio especialmente de la palabra escrita es su capacidad para volver a leerse, una y otra vez, tanto como se desee. Cuando la carta expresa algo tan alentador y afirmativo como las palabras de San Pau para nosotros, me detengo en palabras en particular. Por eso también disfruto de la Lectio Divina, un medio de oración que permite que las Escrituras me hablen. A medida que lee las palabras siguientes, observe cualquier palabra o frase que le llame la atención. Encuentre aliento y afirmación en esas palabras o frases. ¡Sepa que Dios el Padre y el Señor Jesucristo se las están diciendo! -Linda
Segunda Lectura: 1 Tesalonicenses 1:1-5b
Pablo, Silvano y Timoteo deseamos la gracia y la paz a la comunidad cristiana de los tesalonicenses, congregada por Dios Padre y por Jesucristo, el Señor.
En todo momento damos gracias a Dios por ustedes y los tenemos presentes en nuestras oraciones. Ante Dios, nuestro Padre, recordamos sin cesar las obras que manifiestan la fe de ustedes, los trabajos fatigosos que ha emprendido su amor y la perseverancia que les da su esperanza en Jesucristo, nuestro Señor.
Nunca perdemos de vista, hermanos muy amados de Dios, que él es quien los ha elegido. En efecto, nuestra predicación del Evangelio entre ustedes no se llevó a cabo sólo con palabras, sino también con la fuerza del Espíritu Santo, que produjo en ustedes abundantes frutos.